29 junio 2009

UNA GRAMÁTICA DE LA DESOLACIÓN

Título: CATÁLOGO DE NOVEDADES ACME
Autor: CHRIS WARE
Editorial: MONDADORI
Páginas: 112
PVP: 24,90 €

Nacido en Omaha (Nebraska) en 1967, Chris Ware es uno de los artistas de cómic más sobresalientes de las últimas décadas, ganador de una infinidad de premios, como los más de veinte premios Eisner y Harvey a diversas facetas de su trabajo o el Guardian First Book Award de 2001 por su novela gráfica Jimmy Corrigan, The Smartest Kid on Earth –premio este que nunca antes había sido ganado por un tebeo–. Jimmy Corrigan, la única monografía del autor disponible en nuestro idioma hasta el presente libro de Mondadori, fue también elegida como la mejor obra publicada en 2003 por el Festival Internacional de Cómics de Anguleme y de 2005 por el Salón de Barcelona, y aparece sistemáticamente citada entre las mejores novelas gráficas de la historia. Su trabajo ha sido expuesto en el Whitney Museum of American Art (2002), en el Museum of Contemporary Art de Chicago (2006) y en el Jewish Museum de Nueva York (2006-2007).
Hablar de Chris Ware es hablar de una estética limpia al servicio de estructuras de página intrincadas, de una voluntad experimentadora heredera del espíritu de pioneros del medio como Winsor McCay, Frank King o George Herriman –nombres que acuden instantáneamente a la cabeza cuando se trata de buscar la ascendencia de Ware–, y de un gusto manifiesto por el diseño, la geometría, la tipografía y el lenguaje publicitario clásico. Ware ha investigado en profundidad los fundamentos visuales y narrativos de la historieta y tiene la rara habilidad de construir discursos aparentemente ortodoxos pero que resultan vanguardistas e innovadores, en especial debido a la obsesiva manipulación del tiempo mediante el uso de minuciosos montajes analíticos y las continuas repeticiones y variaciones de motivos, el delicado trabajo artesanal de la línea y los colores y el recurso constante a elementos metalingüísticos que determinan no sólo el tono sino la propia forma de mirar. Con todo ello, Ware logra dotar a la lectura de cada una de sus creaciones de una estética exclusiva y de un ritmo preciso, característicamente ligado al arte de la historieta.
Pero la fórmula Ware no se limita sólo a lo visual o la esfera de la narratividad, el autor de la Acme Novelty Library (19 volúmenes editados desde 1993, más varias publicaciones paralelas y recopilatorios, como el que ahora se traduce) posee una poética igualmente privativa y que contrasta de modo radical con el aspecto inmediato de su obra. Sus historias destilan tristeza y pérdida, y perturban por su retrato de la soledad del individuo en una sociedad que, en el mejor de los casos, lo ignora y, en el peor, lo agrede y humilla.
El conjunto constituye una de las opciones más atractivas de cuantas ofrece el cómic en la actualidad y, a la espera de una edición integral de su obra, no podemos sino felicitarnos del afortunado regreso de Chris Ware a nuestra mesa de novedades.

Javier Fernández

22 junio 2009

EL RETORNO DEL CIMMERIO

Título: CONAN LA LEYENDA. Nº 37
Autor: VV. AA.
Editorial: PLANETA DeAGOSTINI
Páginas: 72
PVP: 6,95 €

En la introducción del volumen 0, Born on the Battlefield, de la colección que recopila la serie de Conan publicada por Dark Horse, Ed Brubaker, escribe: “Probablemente la mayoría de los fans de Conan considerarán esto una herejía, pero el de Busiek/Nord y Busiek/Ruth es mi producto favorito de Conan de todos los tiempos (libros, películas, cómics, videojuegos, etc.). Y sí, eso incluye las historias originales de Robert E. Howard”. Herejía o no, lo cierto es que el cimmerio debe justamente gran parte de su popularidad a las distintas adaptaciones al cómic que dieron comienzo en 1970.
Roy Thomas, el guionista que convenció a Marvel de lo oportuno de llevar las andanzas del bárbaro a la historieta, es uno de los nombres clave de todo este asunto. Realizó en exclusividad la escritura de las distintas series de Conan durante su primera década, y definió un estándar de altura. Tras su marcha, Marvel utilizó la franquicia para producir pastiches de ínfima calidad y logró desvirtuar el personaje hasta convertirlo en una caricatura de sí mismo, y ni siquiera el regreso de Thomas, años después, pudo devolverle una mínima parte del fulgor perdido. Cuando en 2000 Marvel anunció el cierre definitivo de la línea dedicada a Conan, el suspiro de alivio fue generalizado.
Así pues, cuando Dark Horse retomó la licencia en 2003, la noticia se recibió con expectación pero también con recelo. Sin embargo, la labor que ha venido llevando a cabo la empresa de Mike Richardson –con el escritor Kurt Busiek, el dibujante Cary Nord y el colorista Dave Stewart, en primer término–, no sólo ha despejado todas las dudas iniciales sino que ha redefinido el canon, elevándolo frecuentemente por encima de los momentos más inspirados de Thomas. Las adaptaciones de relatos de Howard son la espina dorsal de este nuevo acercamiento al mundo hyborio, y la editorial se ha esforzado en mantener una calidad artística y una coherencia narrativa constantes y sin precedentes.
Tras el abandono de Busiek, la llegada de Timothy Truman a los guiones ha abismado aún más las diferencias entre las interpretaciones de Marvel y Dark Horse, algo que queda patente precisamente desde este número 37 de la edición española. Aquí da comienzo una memorable adaptación de Rogues in the House, y se continúa el arco argumental que conducirá a la orgiástica y ultraviolenta revisión de The Hand of Nergal, concluida en el número 50 americano, último de la serie antes de su reinicio bajo la cabecera Conan. The Cimmerian –aún con Truman y el argentino Tomás Giorello, que se alterna en la parte artística con el mismísimo Richard Corben–.
Siendo correcta, la edición española priva incomprensiblemente al lector de la deliciosa tira The Adventures of Two-Gun Bob, de Jim y Ruth Keegan, microrrelatos de la vida de Robert E. Howard basados en sus propias cartas, biografías oficiales y otras fuentes similares. Otro ejemplo del cariño y dedicación de Dark Horse hacia la obra y figura del escritor texano.

Javier Fernández

16 junio 2009

LA DESFRAGMENTACION FAMILIAR Y/O LA OTRA AMERICA

Título: OMBLIGO SIN FONDO
Autor: DASH SHAW
Editorial: APA APA
Páginas: 720
PVP: 27 €

La historia que nos ocupa marcará un referente en los próximos años.No podía empezar de otra manera la reseña de ésta obra magna:Después de 40 años de matrimonio, Maggie y Peter Loony dejan estupefactos a sus hijos al anunciarles que han decidido divorciarse por que ya no están enamorados. Esta declaración tendrá lugar en su espeluznante casa en la playa, donde han reunido a toda su familia para pasarla última semana juntos.
Todo ésto en un tomo gigantesco de tono sepia de exquisita textura.
Con ésta premisa casi anecdótica Dash Shaw(Hollywood, 1983),se basta él sólo para poner sobre la mesa un tema tan peliagudo como la institución familiar(y de su desfragmentación como tal),y las relaciones interpersonales que hay entre los miembros de la misma.
Dash Austin Shaw ya hacía mini cómics a la tierna edad de 4 años.Después de la infancia continúa afianzando conocimientos y acaba graduandose en la School of Visual Arts de Nueva York tras el Instituto.
Comienza a publicar obras como Love eats brains! (A zombie romance), Gardenhead,Goddess Head,Echo and Nacissus....
Tras La boca de Mamá(Apa Apa,2006),el autor se sumerge en una obra dificil donde sentimientos,personalidades,aceptación y desafío del trauma que supone una ruptura de tantos años hacen factibles las perspectivas de cada una de las realidades de los miembros.
Pasemos ahora a hablar de los recursos tan amplios que utiliza el jóven autor,que además de ser originales en su planteamiento,lo son también de forma inusual:entre viñetas nos encontraremos formularios de divorcio,álbum de fotos,planes de la casa de la playa,...
En sus viñetas nos encontraremos una diversidad considerable en cuanto a su tamaño y número para focalizar aun más la atención del lector en lo que está sucediendo en cada instante.
Otro tema que llama la atención de su extensa lectura es el seguimiento de los personajes por separado,acentuando de ésta manera de qué forma afecta a cada personaje la ruptura del núcleo familiar.
Otro sería el simbolismo que rodea a la obra,creando similitudes de los recovecos de la arquitectura de la casa con la estructura familiar,tan llenas ambas de intrigas.
Me sigue sorprendiendo la madurez del autor a la hora de abordar temas tan tabúes,sobretodo considerando sus 26 años de edad.
Ombligo sin fondo ofrece más de lo que a priori cuenta,como ya he indicado anteriormente.
Se hablará mucho de ésta obra,y espero que mucha gente la descubra lo antes posible.
Con su experimentación formal,quizás eche para atrás a los lectores menos arriesgados,pero para quienes se atrevan a adentrarse en sus páginas,...les merecerá la pena.
Otro tanto para Apa Apa Cómics,la editorial que ha publicado la obra en España,en una cuidada edición,que para lo que ofrece se pagan sus 27 euros con los ojos cerrados.

Francisco José Arcos Serrano

15 junio 2009

UN LADRÓN, UN SAQUEADOR, UN ASESINO

Hay pocas cosas que me gusten más que un buen tebeo de Conan. Supongo que el puñado de relatos de sus sangrientas y deleitosas andanzas escrito por Robert E. Howard es una de ellas. Y remarco lo de bueno, porque el antihéroe creado por el texano (1906-1936, sí, murió muy joven, lamentablemente se pegó un tiro, todo el mundo lo sabe) ha servido de excusa para detritos de la peor clase, como esa masa hipermusculada y sudorosa que deambulaba no hace mucho descuartizando a todo bicho viviente al grito de ¡Crom! por las cabeceras de algunos títulos Marvel de infame recuerdo o, mejor dicho, de ilustre olvido. Y verán que la perversión del personaje no es cosa exclusiva de los cómics. Rescato de la Wikiquote la siguiente cita de la película de John Millius (Conan el bárbaro, 1982) –por otra parte, entretenida–: “El valor te agrada Crom, concédeme pues una petición, concédeme la venganza, y si no me escuchas, ¡vete al infierno!”. O mejor esta otra: “¿Y tú, Conan, qué crees que es lo mejor de la vida?”; respuesta: “Aplastar enemigos, verlos destrozados y escuchar el lamento de sus mujeres”. Se le ponen a uno los pelos como escarpias, máxime si se tiene la imagen de Schwarzenegger en la cabeza. Lo que se dice un bestia.
Pero es que para ser un auténtico bestia, según el DRAE online, además de rudo se ha de ser ignorante. Y no es que Conan no sea rudo, que lo es –¡sólo faltaría!–, si no que a diferencia del gobernador de California –no me hagan caso, es una licencia poética–, el cimmerio tiene una personalidad compleja y hasta refinada, es astuto, romántico y apasionado, si bien, insisto, no se anda con chiquitas. Por no extenderme más en el asunto, les dejo aquí la definición del personaje que preparé para un glosario de superhéroes de la revista Quimera –las bastardillas son palabras del propio Howard– y otro día les hablo de los tebeos de Conan: “He aquí un bárbaro en toda regla, macizo y expeditivo, criado en las sombrías colinas de la norteña y pseudohistórica tierra de Cimmeria, land of Darkness and the Night, posterior al hundimiento de Atlantis y anterior en varios miles de años a nuestra era, que un buen día decide tomar el camino del Sur, según la leyenda, to tread the jeweled thrones of the Earth under his sandalled feet hasta obtener su propia corona luego de una homérica sucesión de espadazos, saqueos, matanzas y peripecias varias habitualmente relacionadas con sañudas bestias prehistóricas, oscuros nigromantes y hembras voluptuosas. Un salvaje, sí, a thief, a reaver, a slayer, pero con gigantic melancholies and gigantic mirth y una determinación alejandrina para resolver los nudos gordianos de esa civilizada máscara del poder que se llama moral. Precisamente la civilización es su agón, y ambos se embisten mutuamente con un ímpetu propio de amantes apasionados”. Ahí es nada.

Javier Fernández

08 junio 2009

BRINDANDO CON CAVA

Título: LAS SERPIENTES CIEGAS
Autor: FELIPE HERNÁNDEZ CAVA Y BARTOLOMÉ SEGUÍ
Editorial: BD BANDA
Páginas: 72
PVP: 16 €

Y finalmente se fallaron los premios del Salón del Cómic de Barcelona. Permítanme que al hilo reflexione un poco en voz alta.
Las serpientes ciegas (BD Banda), de Felipe Hernández Cava y Bartolomé Seguí ha resultado ganadora por partida doble: mejor obra española de 2008 y mejor guión. Sucede que esta es la tercera ocasión en la que un cómic guionizado por Cava se alza con el premio en Barcelona. El mejor de 1997 fue El artefacto perverso, dibujado por Federico del Barrio, y en el recuento de lo producido en 1999 le tocó el turno a la tercera parte de la trilogía de Lope de Aguirre, La expiación, ilustrada por un Ricard Castells en estado de gracia. Ambos libros son incisivas revisiones de la historia de España, y si aquel mostraba la represión cultural franquista jugando con el referente de los propios tebeos de aventuras producidos durante la dictadura –en clave de thriller o folletín o novela negra, negrísima–, la de Lope de Aguirre concluía la aguda y documentada revisión de las motivaciones del que fuera primer insurgente de hispanoamérica, transmutado por la fuerza de la historia en codicioso y demente. Así, Las serpientes ciegas va y viene a la guerra civil española desde unos Estados Unidos que son el territorio de tantas ficciones, antes tópico del subconsciente global que la nación del mismo nombre.
En cuanto a los premios, lo reseñable aquí es que en todas las ocasiones, también este año, el jurado del Saló ha sido explícito en su veredicto: se premia un álbum guionizado por Cava, sí, pero se premia precisamente por el guión de Cava. Ya ven, en las tres ocasiones mencionadas, el premio a la mejor obra ha ido acompañado del premio al mejor guión. Y no se lea aquí un menosprecio de los dibujantes, Del Barrio, Castells y Seguí son nombres propios del tebeo español, singulares, arriesgados, poseedores de una trayectoria jalonada de extraordinarias piezas, de las que reconcilian a uno con el medio y lo hacen soñar con un futuro de lecturas excitantes e inteligentes. Porque ya sabemos que Cava siempre se ha rodeado de autores, comenzando con Saturio Alonso y Pedro Arjona, esto es, desde los tiempos de El Cubri, pasando por Luis García, Laura, Keko o el portentoso Raúl, y hasta llegar a perlas como Pablo Aulladel o, ¿cuál será el próximo? Vean que no es moco de pavo. Y no hablo de las otras labores de Cava –el Madriz, el Injuve– porque no se trata aquí de eso. Se trata de celebrar al guionista.
Pues bien, que se ha vuelto a premiar al mejor de los nuestros, y con él, se premia un estilo, una forma de entender la historieta como arte y como medio de comunicación para adultos, para paladares sensibles. Y a uno sólo le queda preguntarse para cuándo el Gran Premio del Salón a su trayectoria o, mejor, el Nacional de Historieta. Si es que esto de los premios tiene alguna importancia, porque lo que queda, a fin de cuentas, es la obra.

Javier Fernández

06 junio 2009

LOS VIEJOS ROCKEROS NUNCA MUEREN

Título: LA EDUCACIÓN DE HOPEY GLASS
Autor: JAIME HERNÁNDEZ
Editorial: LA CÚPULA
Páginas: 130
PVP: 18 €

Termino mi breve repaso por los premios de la 27ª edición del Salón Internacional del Cómic de Barcelona dedicando unas líneas al ganador en la categoría de Mejor obra extranjera publicada en España en el 2008; me refiero, cómo no, a Jaime Hernández, autor de la laureada La educación de Hopey Glass (La Cúpula).
Jaime Hernández (Oxnard, California, 1959) saltó a la fama a comienzos de la década de 1980 cuando se alió con sus hermanos Gilbert y Mario para autoeditar la que tal vez sea la publicación independiente más influyente de la historia reciente del cómic: Love and Rockets, revista que, desde su número 2, pasó inteligentemente a editar Fantagraphics, el sello creado en 1976 por Gary Groth y Mike Catron. Con el paso de los años, Fantagraphics se ha convertido en uno de los referentes del mejor cómic norteamericano, y en su catálogo coexisten cuidadas reediciones de clásicos como Krazy Kat, El príncipe Valiente, Popeye, Peanuts o Pogo, exhaustivas compilaciones de maestros de la historieta como Crumb o Feiffer y series y novelas gráficas de algunos de los recientes nombres propios del medio, como Daniel Clowes, Chris Ware o Charles Burns, por citar sólo unos pocos, pero, visto en perspectiva, uno no puede dejar de apreciar la importancia de aquella decisión de hacerse cargo del tebeo de los hermanos Hernández.
Dejando de lado la episódica aportación artística de Mario, Love and Rockets es la obra de una sensibilidad bicéfala, la de Gilbert –o Beto, como también firma– y Jaime, dos estadounidenses de raíces latinas que ensancharon los límites creativos de la industria rechazando los temas y motivos dominantes, mayormente superheróicos, y proponiendo un retorno a las narraciones cotidianas, al desarrollo de situaciones y relaciones entre unos personajes que, siendo de papel y tinta, se asemejan extraordinariamente a los seres humanos de carne y hueso –más y más conforme se fueron desarrollando las series de cada uno; Palomar en el caso de Beto, Locas en el de Jaime–. Los Hernández usaron y dignificaron la estructura narrativa del culebrón y crearon un imaginario que pasó instantáneamente a formar parte del lector como propio. Los Hernández echaron el cierre a su revista con el número 50 (1996) y continuaron un tiempo por separado, explorando diversas fórmulas editoriales que no cuajaron como era deseado, y Love and Rockets Volume 2 comenzó su andadura en 2001.
Lo que se ha premiado en Barcelona es, precisamente, una recopilación de algunas de las historias de Jaime incluidas en este segundo volumen de Love and Rockets. Hace quince años, también en Barcelona, se premió un fragmento de Locas como mejor obra de 1993. Que, pasado todo este tiempo, vuelva a señalarse que la misma serie es la mejor obra de 2008, es todo un indicador del calibre, la calidad y la vigencia del trabajo de Jaime. En tres palabras: una maravilla incombustible.

Javier Fernández